Haciendo nuestro parte del artículo de la periodista Ana Jerozolimski publicado para “Semanario Hebreo Jai” bajo el título “Dos buenas noticias, desde Salto en Uruguay y desde Roma”, el Comité Central Israelita del Uruguay comparte la buena noticia que llega desde Salto: la Intendencia de Salto desmintió, públicamente, ser convocante a una actividad de demonización al Estado de Israel, al tiempo que exigió a los organizadores, retirar una ilustración del banner publicitario, donde aparecía el mapa del Estado de Israel, totalmente cubierto por la bandera palestina, en claro mensaje incitador por la no existencia de dicho país.
Dos buenas noticias, desde Salto en Uruguay y desde Roma
Este jueves 12 de diciembre amanecimos con buenas noticias. Desde Salto, la Intendencia aclaró que contrariamente a lo que ha circulado, no es uno de los convocantes al evento que había sido anunciado por las redes para hoy, la inauguración de la placa conmemorativa por el Pueblo de Palestina. Y en Roma, el Vaticano decidió retirar de la Sala Pablo VI el pesebre que recibieron de regalo de Belén, en el que aparecía el niño Jesús sobre una kefía palestina, por las numerosas críticas que el Papa recibió al respecto en el sentido que pretendían dan a entender que Jesús era palestino, lo cual es una distorsión histórica alevosa.
Es una clara muestra de que cuando a uno le acompaña lo que considera es una verdad justa, hay que luchar por defenderla. Así fue en Uruguay, donde el Comité Central Israelita, autoridad que representa a la colectividad judía uruguaya ante el gobierno y la sociedad civil, explicó el problema a la Intendencia salteña.
Es importante dejar en claro que ni el CCIU ni cualquier otro defensor de Israel ponen en tela de juicio el derecho de cualquier ciudadano o institución, de tener simpatía y sentimiento de solidaridad con los palestinos. Es legítimo. Pero una invitación con un mapa en el que Israel está cubierto con los colores de la bandera palestina, es una forma de llamar a su desaparición. La nueva invitación, no tiene la firma de la intendencia ni tampoco el mapa, así entendemos.
Pero más allá de ello, tal como expresamos en nuestro editorial de ayer que puedes leer apretando aquí, lamentablemente todo estos eventos de “solidaridad” y “apoyo” a los palestinos, son marcos de expresión de odio contra Israel, disfrazados de preocupación por “el genocidio en Gaza”, que no existe y acompañados constantemente de acusaciones infundadas y totalmente mentirosas contra Israel. No son nunca eventos en el que se exhorta a que israelíes y palestinos vivan en paz . Y si sí hablan de la paz, todo pasa por una condena demonizadora de Israel como si fuera quien lo impide.
Y vayamos al Vaticano, donde el Papa Francisco fue fotografiado días atrás sentado en una silla de ruedas frente al polémico pesebre. El problema con ese pesebre era que el niño Jesús sobre una kefía palestina, era el más atrevido de los esfuerzos palestinos que ya llevan años, de cambiar la historia y alegar que Jesús era palestino. El problema aquí es doble. Por un lado, recordemos que los palestinos no existían en esa época, en la que Belén, donde nació, era parte de Judea- sí, la tierra de los judíos- a la que recién más tarde los romanos le cambiaron el nombre por Palestina. En esa tierra milenaria no había árabes. Llegaron 7 siglos después desde la península arábiga. Y además, no sólo que no era palestino, porque no había palestinos, sino que era judío.
Es patético que los palestinos tengan que inventar una historia que no es suya para decir que sus vínculos con la tierra en disputa son milenarios.
Hemos criticado al Vaticano por no decir nada respecto a ese pesebre tan desubicado, por ser delicados. Hizo bien ahora al captar la dimensión de la polémica –justificada por cierto- y retirarlo. Esperamos que sea no sólo para frenar las críticas sino porque entendieron que cometieron un error.
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