Por Lic. Rafael Winter (Rufo), para CCIU
La historia de Purim, más allá de algunos aspectos o ingredientes «novelescos» del relato, es una historia llamativa, en la cual el antisemitismo aparece en su más cruda expresión. La festividad se está celebrando desde ayer a la puesta del sol, hasta el día de hoy, 26 de febrero, al atardecer. ¡JAG PURIM SAMEAJ!
Llama la atención.
Llama la atención que, ya desde la remota antigûedad, en un lejano rincón del mundo, hubiese alguien que «quería exterminar a todos los judíos», argumentando, entre otras cosas, que «hay un pueblo disperso entre los pueblos de tu reino cuya religión es DIFERENTE a la de los demás».
Antisemitismo liso y llano.
Como lo definió alguna vez el gran historiador Salo Baron:»el antisemitismo: desagrado ante lo distinto».
¡Pero todos los pueblos, religiones, son distintos entre sí!
¿Porque señalar solamente lo «distinto» en el pueblo judío?
Y entonces, en una época tan temprana de la historia -de los pocos casos puntuales de antisemitismo pagano que se conocen- ya había quien quería exterminar a TODOS los judíos.
No a uno, dos o tres: a todos…
Y de ahí en más, una larga lista que llega hasta el día de hoy, integrada por algunos nombres que ni queremos pronunciar…
Es en la Hagada de Pesaj que aparece, entre otros fragmentos, aquel que dice que «en cada generación siempre hubo alguien que nos quiso eliminar…».
Y esto se puede «adaptar» a la historia de Purim.
Aclaremos: no antisemitismo generalizado, no.
Pero siempre hubo alguien -lo sigue habiendo- en cada generación, que nos quiso hacer daño, al punto de querer exterminarnos.
Antisemitas hubo desde el fondo de la historia.
Quizás Haman, el malvado de Purim, es -de acuerdo al relato – el primero que quiso hacer un genocidio contra el pueblo judío (algunos discuten como sus «antecesores» genocidas al pueblo que menciona la Biblia conocido como Amalek, o al Faraón de Egipto de la época de la esclavitud).
Quiso el destino que en el mismo marco geográfico -aproximadamente- en el cual se desarrolla la historia de Purim (Persia-actual Irán), desde hace tiempo hay quienes allí también nos quieren eliminar.
Además de negar la Shoah, quieren destruir al Estado de Israel, intención que proclaman abiertamente.
Ante la pasividad de buena parte del mundo…
Tenemos tristes recuerdos de lo que fue, no hace mucho tiempo, «la pasividad de buena parte del mundo»…
El relato de Purim se desarrolla como «una película que comienza mal» y termina con un final feliz, entendiéndose por final feliz la salvación de la comunidad judía en Persia, gracias -siempre de acuerdo al relato- a la intervención providencial de la Reina Ester y su tío Mordejai.
En ese sentido el relato de Purim constituye una excepción.
Porque muchas veces, cuando nos quisieron destruir de manera local, regional o general, los antisemitas lo hicieron.
En cambio, Purim es de las pocas veces de las cuales nos salvamos de una masacre casi segura.
Quizás eso explica la alegría, muchas veces desbordante de Purim,»hasta no distinguir entre la maldad de Haman y la bondad de Mordejai».
No obstante, uno se pregunta: ¿hasta cuándo ese «desagrado ante lo distinto»?
Hasta cuando…
Fuente: http://www.cciu.org.uy/