Cada vez más, las protestas se dirigieron contra el poder establecido religioso del país, contra los privilegios materiales de los clérigos y el curso político y social que ellos imponen en el país. “La gente mendiga mientras los clérigos se comportan como dioses”, exclamaban manifestantes, según un informe de la BBC. En la ciudad de Abhar, en el noroeste del país, la gente quemaba, según medios de comunicación, las imágenes del líder revolucionario iraní, el ayatolá Ali Khamenei. También se volvieron contra el curso de la política exterior que los líderes revolucionarios establecieron para el país, especialmente contra las aspiraciones hegemónicas que el liderazgo ha mostrado, especialmente desde el estallido de la guerra siria. “No Gaza, no Líbano, mi vida por Irán”, gritaban manifestantes. Las fuerzas que los clérigos usan en asuntos exteriores, dijeron, deberían gastarse en remediar las necesidades domésticas.
Fuente: http://www.cciu.org.uy/