“El camino hacia Auschwitz se construyó con el odio, pero se pavimentó con la indiferencia”. Noelly Fernández de Talgham (80) lee en voz alta. La frase, que lleva la firma del historiador británico Ian Kershaw, acompaña la foto de la entrada del campo de concentración y exterminio nazi, que hoy ocupa la primera pared con la que los visitantes se topan al ingresar al Museo del Holocausto de Buenos Aires. “Esa imagen, qué fuerte. Antes no la podía mirar”, dice bajito. Magalí Faerverguer (24) la abraza y le da un beso. Sus vidas se cruzaron recién hace dos años cuando Magalí, que trabaja como maestra jardinera y es estudiante de Medicina, decidió participar del proyecto Aprendiz, que organiza el museo para vincular a un sobreviviente de la Shoá con un joven, que escuche su historia y se comprometa a contarla a las próximas generaciones. La propuesta duraba tres meses, pero ellas no se separaron más. Hoy dicen que ya son familia. Hasta ahora, 139 personas pasaron por esta experiencia en el país.
Fuente: http://www.cciu.org.uy/