En noviembre de 2015, tras los atentados de París, en Molenbeek se organizaron vigilias. La idea nunca fue solidarizarse, llorar, sino pedir “paz”. Acabó siendo un acto defensivo, más desafío que conmoción por la masacre. Un grito contra el estigma. Varias decenas de niños pintaban murales y pancartas. Un compañero le preguntó a un crío de unos siete años qué hacían, y su respuesta, sonriendo, fue automática: “Protestamos porque los judíos matan a nuestros hermanos”.
Fuente: http://www.cciu.org.uy/
'Mezuzot' y vigilias