Llegan con sus acentos y conquistan a nuestras mujeres. Vienen con sus títulos y se hacen de nuestros trabajos. Traen sus miserias y se quedan con nuestras riquezas. O delinquen. O viven de nuestros impuestos. El otro, el extranjero (o “extraño” en la dramaturgia de Shakespeare) es la presa más fácil a quien achacarle las culpas. La xenofobia, ese término que describe el odio al extranjero y ocupa titulares en la contienda política que hoy define España, se coló la semana pasada en la campaña electoral uruguaya. Lo hizo con el estilo de estas tierras, con una frase aislada de un precandidato a la Presidencia que luego se desdijo.

Fuente: http://www.cciu.org.uy/

Los mitos de la xenofobia

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