Se conoce como “Justos entre las Naciones” a aquellos no judíos que durante el Holocausto arriesgaron sus vidas para salvar a judíos de manos del genocidio nazi, un término que es designado por Yad Vashem, el instituto de Israel encargado de rememorar a las víctimas. De entre los 28 mil reconocidos, algunos de ellos fueron latinoamericanos.
José Arturo Castellanos Contreras
Como cónsul general de El Salvador en Suiza, cargo que ejerció entre 1941 y 1945, salvó la vida de decenas de unos 40 mil judíos de Europa del Este, la mayoría de Hungría.
Castellanos Contreras les entregó a estas decenas de miles pasaportes falsos de El Salvador, con lo que lograron escapar de las garras nazis.
En vida el diplomático salvadoreño mantuvo un perfil bajo sobre sus acciones hasta su muerte en 1977.
Fue reconocido como un Justo Entre las Naciones por Yad Vashem en el año 2010.
Manuel Antonio Muñoz Borrero
Como cónsul de Ecuador en Suecia, en 1941 en el fragor de la Segunda Guerra Mundial, emitió unos 80 pasaportes a refugiados polacos, la mayoría de ellos judíos.
La acción le valió el despido por parte de su gobierno, sin que esto le impidiera seguir emitiendo pasaportes y ayudando a más judíos que buscaban escapar de la Europa en guerra.
Muñoz Borrero murió en 1976 en México sin revelar públicamente sus acciones, por las que fue reconocido en 2011 como un Justo entre las Naciones.
Aracy de Carvalho
Una diplomática de Brasil designada para el consulado en Hamburgo a partir de 1936, de Carvalho fue la encargada de la sección de pasaportes, un puesto que fue clave para su labor.
Comenzó a ayudar en ese puesto a judíos a partir de la Noche de los Cristales Rotos en 1938, en las vísperas del Holocausto.
Desde entonces y hasta 1942, cuando Brasil cortó relaciones con la Alemania nazi, de Carvalho continuó ayudando a judíos emitiéndoles pasaportes y visados falsificados con los que pudieron salvar su vida.
Fue reconocida como Justa entre las Naciones en 1982.
De Carvalho fue esposa del reconocido escrito brasileño João Guimarães Rosa, a quien conoció como su colega de trabajo en el consulado en Hamburgo.
Luiz Martins de Souza Dantas
Embajador de Brasil en Francia durante la Segunda Guerra Mundial, emitió visas diplomáticas a judíos que buscaron huir del país invadido por los nazis.
Se estima que unas 800 personas, de las que poco más de 400 eran judías, fueron salvadas gracias a los riesgos tomados por de Souza Dantas.
El gobierno brasileño, que en ese entonces impedía la inmigración de judíos a su territorio, descubrió las acciones de de Souza Dantas y llo llamó de regreso, aunque logró eludir un proceso judicial.
Fue reconocido como un Justo entre las Naciones en el año 2003.
José María Barreto
Diplomático de Perú en Suiza durante la Segunda Guerra Mundial emitió pasaportes para salvar a decenas de judíos del Holocausto.
Los pasaportes fueron emitidos para un total de 58 judíos, entre ellos algunos niños.
Lamentablemente, su gobierno se enteró de sus acciones en 1943 y lo destituyó del cargo.
Barreto fue reconocido como un Justo entre las Naciones en 2014.
Isabel Zuzunaga Weill
Una peruana nacida en Lima en 1895, se casó en su país natal con un judío de origen alsaciano con quien formó una familia, la cual emigró a Francia.
Durante el Holocausto, además de ocultar a su esposo Robert Weill, Isabel logró salvar la vida de un niño judío de nombre Jack Szarfscher.
El propio Szarfscher fue quien postuló a Isabel como una Justa entre las Naciones, lo cual le fue reconocido de manera póstuma en el año 2016.
José Gambetta Bonatti
Un diplomático de carrera de Perú, como vicecónsul en Polonia en 1939 empleó a dos hermanos judíos, Josef y Paul Trink como sus asistentes.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Gambetta fue trasladado por su gobierno a la representación diplomática de Perú en Rumania, llevándose consigo a los Trink para protegerlos.
Ya en Rumania, Gambetta, en contra de las órdenes de su gobierno, emitió pasaportes con los que salvó a familias judías que buscaban escapar.
En 1942 fue destinado por su gobierno a Portugal, no sin antes emitirles también pasaportes peruanos a los Trink, con lo que les salvó la vida.
Gambetta fue reconocido como Justo entre las Naciones en 2023, por iniciativa de los hijos de ambos hermanos Trink.
Samuel del Campo
Como diplomáticos de la representación diplomática de Chile en Rumania, Samuel del Campo salvó a unos 1200 judíos al emitirles pasaportes entre 1941 y 1943.
El diplomático nunca informó a su gobierno de sus gobierno, sabiendo que este lo destituiría debido a sus políticas migratorias de entonces.
En 1943, Chile cortó sus lazos con Rumania y del Campo fue designado cónsul en Suiza, aunque el cargo nunca entró en vigor. Nunca regresó a Chile y murió en París en 1960.
Fue reconocido como un Justo entre las Naciones en 2016.
María Edwards de Errázuriz
Una chilena nacida en 1893 en una familia acaudalada de Santiago, emigró desde muy joven a Francia, donde se casó.
Durante la ocupación de Francia por los nazis, María Edwards trabajó como una enfermera voluntaria en un hospital donde salvó a niños judíos de la deportación a los campos de concentración.
Sus acciones le valieron el arresto por los nazis, quienes la llegaron a torturar pero salvó la vida gracias a sus contactos diplomáticos.
Fue reconocida como Justa entre las Naciones en 2005.
Amparo Otero Pappo
Una cubana nacida en 1896, Otero llegó a Francia a finales de los años 20 con su familia, donde trabajó como fabricante de sombreros y eventualmente se casó con un judío de origen búlgaro, Jacob Pappo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Otero permaneció en Francia y ocultó con éxito a toda la familia de su ya para entonces difunto esposo, además de una adolescente judía.
Fue reconocida como Justa entre las Naciones en 2011.
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