Los asesinatos y secuestros cometidos por el terrorismo de Hamás hace un año cambiaron al mundo. Pero hay líderes políticos que todavía no comprenden los riesgos del retroceso democrático.

No solo murieron 1250 personas en la madrugada del 7 de octubre de 2023 en la frontera de Gaza. No solo fue el millar de asesinatos, ni las chicas violadas a punta de fusil, ni la abuela filmada en un vivo de facebook para que sus nietos la vieran agonizar. Ni fue el bebé carbonizado dentro de un horno a microondas ni los jóvenes de la rave al aire libre, destrozados dentro de un galpón hasta donde llegó su huída, arrojándoles granadas para que murieran ahogados en su propia sangre.

Esas fueron muertes de inocentes que conmovieron a una buena parte de la humanidad.

No a todos, claro. Porque hay miles, millones todavía, que se resisten a aceptar aquella nueva concentración del mal. Y no se trata de seres cautivos de la ignorancia. Todo lo contrario. Son hombres y mujeres cultos que gobiernan países, o diseñan leyes, o que imparten justicia.

Sus nombres son conocidos. Pedro Sánchez, Yolanda Díaz, Emmanuel Macron, George Clooney, Angelina Jolie, Roger Waters o Greta Thumberg. Nombro a siete, por utilizar ese número tan significativo en la historia judía, que es parte también de la historia cristina y que significa perfección y eternidad.

Pero hay muchos más. No son tontos ni fanáticos nazis. Pero algo se ha roto en sus mentes y en sus corazones para que los ataques terroristas y la crueldad extrema desplegada aquel 7 de octubre no haya sido suficientes para cambiarles los planes. Para cambiarles la vida.

Es que todo cambió ese día. Como cambió el mundo el día que estalló la segunda guerra mundial o el día en que se derrumbó el Muro de Berlín.

Hay siete dogmas que explotaron por los aires el 7 de octubre en esas tierras secas de la frontera de Gaza. Y que, en plena época de los teléfonos inteligentes y la comunicación global instantánea, se difundieron a toda velocidad al resto del planeta.

A pesar, incluso, de aquellos que se resisten y prefieren sobrevivir en sus ideas cómplices, cobardes y conservadoras.

1.- No son milicianos, son terroristas.

Los activistas de Hamás, de Hezbollah, los Hutíes y otros pequeños grupos que apuestan a crecer en el conflicto de Medio Oriente son terroristas. Buscan por el terror imponer sus ideas fanáticas y combatir a sus enemigos (en estos tiempos el estado de Israel) hasta hacerlos desaparecer. “Desde el río (Jordán) hasta el mar”, su frase de cabecera que repiten tontamente sus simpatizantes estadounidenses, europeos, españoles y hasta la vicepresidenta Yolanda Díaz, significa matar uno por uno a sus oponentes. Eso es lo que ensayaron el 7 de octubre de 2023.

2.- Irán no es solo una teocracia; es una dictadura.

El gobierno de Irán es una dictadura instaurada en 1979, luego de derrocar al régimen de Reza Pahlevi. El presidente actual es Masoud Pezeshkian, pero quien administra el poder y el terror es el líder supremo Alí Khamenei. El es quien impulsa y financia a los grupos terroristas proxies que desataron la matanza del 7 de octubre. El pasado fin de semana, blandiendo un fusil en la Mezquita de Teherán, Khamenei dijo que “Israel será eliminado”. El nombre edulcorado para este régimen que utiliza una parte de la prensa occidental es teocracia. Pero se trata de una dictadura.

3.- No hay Palestina libre ni en Gaza ni en el Líbano.

Palestina libre o “free Palestine”, como cantan los activistas islámicos y repite la izquierda europea en Madrid, en París o en Londres, es una falacia para maquillar lo que en realidad sucede en Medio Oriente. En Gaza quien ejerció el poder hasta el 7 de octubre pasado fue el grupo terrorista Hamás, elegido y amparado por la mayoría de la población local. Y en el Líbano el poder político y militar es de los terroristas de Hezbollah. El presidente de España, Pedro Sánchez, recibió hace diez días en la Moncloa a Mahmoud Abbas, quien ejerce el cargo ficticio de presidente de Palestina. Fue elegido en 2006 y nunca más se sometió a elecciones. Ni Hamás ni Hezbollah reconocen su mandato. Es un negador del Holocausto y su familia está siendo investigada por corrupción en los llamados Papeles de Panamá.

4.- No es posible el feminismo donde se somete a la mujer.

Increíblemente, los movimientos feministas que lograron la reivindicación histórica de la mujer en las últimas décadas, no condenaron las matanzas, torturas y violaciones de cientos de mujeres y niñas durante el ataque terrorista del 7 de octubre. Ese fue el detonante para que la mayoría de esos movimientos y de sus líderes perdieran la credibilidad y pasaran a ser cuestionadas en muchos países del planeta. Es otro de los grandes cambios que se produjo en el último año. Buena parte del feminismo se incineró defendiendo a regímenes donde la mujer es castigada, sometida a ser dependiente del hombre y a la violencia sin justificación.

5.- Israel es una democracia en una región de dictadores.

Aunque parezca increíble, son varios los gobiernos de Europa y América Latina que ponen en pie de igualdad al gobierno democrático de Israel con las dictaduras islámicas de Medio Oriente. Son pocas las excepciones que no se suman a esa tendencia: la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; el presidente argentino Javier Milei o la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por citar a algunos. El motivo por el que ciertos gobiernos atacan sistemáticamente a Israel (el de España, por ejemplo) es porque el jefe de gobierno de Israel, Benjamín Netanyahu, es un dirigente del partido de derecha Likud y muy cuestionado políticamente. Por eso, buscan equiparar el ataque terrorista del 7 de octubre con la contraofensiva israelí a la que descalifican, intencionadamente, como “genocidio”. Ese es otro de los dogmas que, víctima del descrédito, cayo también el 7 de octubre.

6.- Las Naciones Unidas no pueden resolver ningún conflicto.

Creada para evitar conflictos luego de la Segunda Guerra Mundial, la Organización de las Naciones Unidas se fue burocratizando y convirtiendo en santuario de dirigentes que no resuelven ninguno de los dramas que aquejan al planeta. El mejor ejemplo de la caída de credibilidad de la ONU fue que una de sus agencias, la UNRWA (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio) tenía como integrantes a doce funcionarios que fueron parte de las fuerzas terroristas que atacaron a Israel el 7 de octubre de 2023. Después de muchas declaraciones ofensivas hacia Israel y hacia las víctimas del ataque, el secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, fue declarado persona no grata por Israel y se le prohibió el ingreso al país. Fue una medida sin antecedentes en la historia de las Naciones Unidas y otra evidencia del desprestigio en el que cayó la organización.

7.- La inesperada banalización del Holocausto.

El Holocausto de seis millones de judíos cometido por el régimen nazi y el dictador Adolfo Hitler durante la Segunda Guerra Mundial siempre había tenido objetores que, de todos modos, eran soslayados y condenados por las mayorías democráticas. Ese consenso comenzó a ser cuestionado en los últimos años y a ser directamente negado por los grupos terroristas y sus países financistas después del ataque del 7 de octubre de 2023, al que siguen justificandooslos y hasta celebrando. A esa tendencia contribuyeron los gobiernos democráticos al seguir ingenuamente (o no) la campaña anti Israel de los fanáticos ultra islámicos y calificar de “genocidio” a la contraofensiva israelí para desarticular a Hamás y a Hezbollah en Gaza y en el Líbano.

Las lecciones no aprendidas de la historia

Por alguna razón, muchos de los principales líderes mundiales no terminan de comprender la magnitud de la tragedia ocurrida en Israel el 7 de octubre de 2023. Como Neville Chamberlein en 1939, insisten en prolongar la ceguera ante la ofensiva cruel de aquellos que pretenden ganar con el terror, con las muertes y con la desaparición de todo vestigio democrático.

El progreso y la consolidación de la cultura occidental se ha basado en las últimas décadas en haber entendido las lecciones más horrendas de la historia. Palabras tremendas como Auschwitz o como Hiroshima provocaron un terremoto en las conciencias y ayudaron con los años a construir un mundo mejor.

A ese listado oscuro de la humanidad hay que agregar ahora un concepto con espacio en el calendario: 7 de octubre de 2023.

Si el mundo no logra comprender el significado de lo que sucedió esa mañana en la frontera de Gaza, sobrevendrán tiempos todavía más difíciles de los que creíamos haber escapado.

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Los 7 dogmas que se derrumbaron en el mundo con la sangre de Israel

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