Dejar de subvencionar con dinero público a la fundación que vela por preservar su legado. Renunciar a la próxima creación de un museo dedicado a su vida y obra. Y luego derribar la estatua erigida en su honor en Poissy, donde levantó su Villa Savoye. Son tres de las exigencias formuladas por una incendiaria petición publicada en Le Monde a comienzos de abril que aspira a que Le Corbusier pague por sus pecados ideológicos y deje de ser percibido como un intocable de la arquitectura moderna. Sus nueve firmantes, encabezados por el cineasta Jean-Louis Comolli, la historiadora Michelle Perrot y el arquitecto Marc Perelman, quieren que el Estado deje de ser “cómplice de la rehabilitación” de un autor que tuvo filias fascistoides. “El antisemita Le Corbusier no debe beneficiarse de ningún apoyo público”, dicen.

Fuente: http://www.cciu.org.uy/

¿Le Corbusier era pronazi?

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