Hace 40 años, en una playa de Brasil, el mar devolvió el cuerpo de un hombre. Los documentos decían se llamaba Wolfgang Gerhard y era mecánico. Después, todo fue silencio y misterio. Seis años más tarde se supo la verdad: el muerto era el sádico médico que, en el campo de exterminio nazi, torturó prisioneros y los usó como “conejillos de indias” para sus macabros experimentos que buscaban “la raza superior”.
Fuente: http://www.cciu.org.uy/
La perversa vida y el misterioso final de Josef Mengele, el Ángel de la Muerte de Auschwitz.