La Jánuca, también conocida como fiesta de las Luminarias, es una de las festividades más gozosas del judaísmo. Evoca el prodigio que, según la tradición hebrea, se produjo en el siglo II antes de nuestra era cuando los macabeos, tras recuperar en combate el Segundo Templo de Jerusalén, que los helenos habían profanado, se percataron de que no había suficiente aceite puro para mantener encendido el candelabro ritual. Encontraron una vasija, pero no bastaba. Milagrosamente, las llamas prendidas con ese escaso aceite ardieron durante ocho días. Para recordarlo, los judíos encienden por estas fechas la januquiá, un candelabro de nueve brazos: uno por día del milagro, y un noveno central, más elevado, para la vela con que se encienden las demás. Desde hace tres años, la organización internacional Claims Conference, que gestiona reclamaciones judías a Alemania por los crímenes nazis, reúne a supervivientes del Holocausto (o Shoá) para celebrar juntos esta fiesta. El pasado martes, tercera noche de Janucá, se hizo en Berlín, Jerusalén, Nueva York, y Moscú.
Fuente: http://www.cciu.org.uy/