El apuesto y aristocrático general nacido en Viena el 8 de julio de 1901 tenía a su lado, aún, a su más fiel soldado. Juntos sobrevivían en los Alpes austriacos, escapando. Irónico: siempre habían sido feroces cazadores. Jamás las aterradas presas. Pero esta vez, después de cuatro años de huidas, el barón Otto Gustav von Wätcher y su ladero lograron llegar a la estación central de tren de Roma. Era abril de 1949. Habían estado ocultándose como roedores, pretendiendo ser invisibles. Durante sus años como dios de Cracovia y luego Galitzia envió a la muerte a medio millón de judíos. Fue tal su brutalidad e impiadosa misión en esa provincia polaca, que el gobierno en el exilio del país ocupado lo declaró en 1942 criminal de guerra. Cuando la caída de la Alemania nazi era inevitable, supo que sólo tenía un camino por seguir: el del escape.

Fuente: http://www.cciu.org.uy/

La historia de uno de los mayores monstruos nazis, el aristocrático general Otto Gustav von Wächter

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