He visitado Auschwitz. Sorprende la solidez de ciertas construcciones y su vocación de permanencia junto a la fragilidad del barracón de madera. Sorprende, también, la promiscuidad de la máquina de exterminio y los trabajos forzados. He pensado que había una mirada económica para este lugar. Me lo hizo creer la lectura de The Cunning of History de Richard L. Rubenstein, un teólogo judío que figura entre los creadores del concepto de genocidio, y, sobre todo, la sugestiva introducción que le dedicó William Styron, el autor de La decisión de Sophie. Ambos sostienen que no es el odio racial lo que estaría detrás. “La etiología de Auschwitz -escribe Styron- está enraizada profundamente en una tradición cultural que va desde el tráfico de esclavos de África hasta la antigua Grecia y Roma”. Detrás estarían las motivaciones económicas del sistema esclavista. No he podido encontrar una mirada económica en Auschwitz. Aquí solo hay desolación. Se trataba de vida o muerte, todo extraordinariamente básico, como las montañas de maletas o zapatos de las víctimas.
Fuente: http://www.cciu.org.uy/