Los ataques a dos instalaciones petroleras en Arabia Saudita el sábado pasado, y la interrupción de la producción de aproximadamente 5.7 millones de barriles de petróleo, casi el 5% de la producción mundial de petróleo crudo por día, fue el mensaje más fuerte enviado por la República Islámica de Irán al mundo sobre su amenaza directa y continua a la seguridad energética global. Los ataques tuvieron lugar en una de las mayores refinerías de petróleo del mundo. Si esa amenaza no se hizo a través del Estrecho de Ormuz, que Irán había amenazado con cerrar en varias oportunidades, estos ataques, llevados a cabo a través de terroristas hutíes, directos representantes iraníes, están logrando el mismo y repetido objetivo de los khomeinistas de desestabilizar la región y poner en riesgo la seguridad de la energía global de forma abierta y sin medir consecuencias.

Fuente: http://www.cciu.org.uy/

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