La crisis humanitaria que desangra Irak, con más de tres millones de desplazados desde principios de 2014 y decenas de miles de familias traumatizadas por la violencia, se enfrenta a un nuevo desafío. Ayer las fuerzas de seguridad iraquíes inauguraron la ofensiva sobre el oeste de Mosul, el asalto definitivo al último bastión del califato en suelo iraquí. Relato desde uno de los campamentos que han aflorado en la región del Kurdistán iraquí: “Era de noche cuando emprendimos la huida. Se escuchaban los bombardeos y estaba muy oscuro. Caminábamos por un sendero cuando estalló un artefacto explosivo improvisado. Murieron dos de mis hijas…”

Fuente: http://www.cciu.org.uy/

Escapar del Estado Islámico o morir

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