En 1943, un funcionario de la cámara de compensación de arte creada por los nazis en Holanda para vender bienes judíos saqueados, se puso en contacto con el director del Museo Boijmans de Róterdam. Tenía cuatro obras que quería vender, entre ellas un óleo encantador, Woman Seated on the Grass at the Edge of a Meadow and Reading (Mujer sentada sobre el pasto al borde de un prado y leyendo), de Nicolaas van der Waay. El director del museo, Dirk Hannema, puede no haber conocido las dolorosas especificidades del origen del cuadro, que perteneció a Izaak Leefsma, un fabricante de pintura judío, y su esposa Helene Leefsma-Meijer, quienes habían sido deportados y, apenas meses atrás, asesinados en un campo de concentración. Pero Hannema, que prestó servicio como máximo funcionario de museos para el gobierno fantasma holandés que establecieron los nazis, debe haber sabido qué clase de negocio sucio llevaba a cabo la cámara compensadora –Agencia Mühlmann–, según los historiadores.

Fuente: http://www.cciu.org.uy/

En busca del arte que robaron los nazis

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