Ahora, cada familia que críe terroristas, cada terrorista y cada líder terrorista sabrá que Israel los alcanzará. Y si esto no era claro para los líderes hutíes en Yemen o los líderes de Irán, ahora debe quedar claro: ellos están en la lista de objetivos.
Este es un punto de inflexión. O, mejor dicho, podría ser un punto de inflexión que conduzca a un cambio estratégico. Para que eso ocurra, es necesaria una iniciativa israelí que aproveche este cambio. El primero en la lista de objetivos, el archi-terrorista Yahya Sinwar, responsable de la mayor masacre de judíos desde el Holocausto, fue asesinado en un enfrentamiento fortuito. Esta casualidad juega a favor de Israel.
No debe haber ilusiones. El problema palestino sigue vivo. Sinwar logró llevarlo a nuevos extremos. Este logro no desaparece. La campaña antiisraelí no se detendrá ni por un momento. Para algunos, Sinwar es un Che Guevara. No sería sorprendente ver camisetas con su imagen esta misma noche o mañana. Pero en Medio Oriente esto tiene un impacto. Un impacto significativo. Porque ahora, cada familia que críe terroristas, cada terrorista y cada líder terrorista sabrá que Israel los alcanzará. Y si esto no estaba claro para los líderes hutíes en Yemen o para los líderes iraníes, ahora debería quedar claro: están en la lista de eliminación.
Antes de que algunos digan: “¿Qué sentido tiene? La eliminación de Sinwar no resuelve el problema”, conviene recordar que Estados Unidos y otros países eliminaron a los líderes de Al Qaeda, ISIS, y al comandante de la Fuerza Quds, Qasem Soleimani, debilitando a estos grupos. Sin embargo, estas son las ramas del pulpo. La cabeza sigue viva. Está en Teherán. La eliminación de Sinwar es importante. Golpear la cabeza del pulpo es mucho más importante.
Sin embargo, independientemente de la cabeza del pulpo, Israel tiene ahora una oportunidad de oro para decirle a Hamás y a Hezbollah: hay decisiones de la comunidad internacional tanto sobre la Franja de Gaza como sobre el Líbano.
En cuanto a Gaza, tanto el Cuarteto como la Unión Europea han ofrecido repetidamente a Hamás la fórmula de “desarme a cambio de reconstrucción”, y lo más importante, la liberación de todos los rehenes. En cuanto al Líbano, el Consejo de Seguridad de la ONU decidió la expulsión de Hezbollah del sur del Líbano en la Resolución 1701, que también hace referencia a la resolución previa, la 1559, sobre el desarme de Hezbollah. Todo lo que Israel debe hacer es adoptar estas resoluciones y convertirlas en una iniciativa israelí. Anunciamos un alto el fuego unilateral, por un tiempo limitado, a la espera de la respuesta del Líbano y Hamás.
¿Por qué necesitamos tal iniciativa ahora? Porque Hamás está debilitado tras la eliminación de Sinwar, que se suma a los duros golpes recibidos en el último año. Lo mismo ocurre con Hezbollah, que ha sufrido daños significativos en el último mes.
Sin embargo, a pesar de que Israel tiene razón, la presión internacional aumenta. Israel enfrenta una crisis con Francia, Italia y Reino Unido, que han impuesto, de facto, un embargo de armas. Una crisis similar se está desarrollando con Estados Unidos, que también amenaza con un embargo si Israel bloquea la ayuda humanitaria a Gaza. Puede que no haya otra opción más que continuar atacando a Hamás y Hezbollah, pero será mucho más difícil hacerlo en medio de una escasez de armas. Esta iniciativa no hará que Israel sea mucho más popular, pero mejorará su posición y reducirá el temor a un agravamiento del embargo de armas. ¿Qué dirá Francia? ¿Que se opone a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU? ¿Qué dirá Estados Unidos? ¿Que está en contra de propuestas de reconstrucción a cambio de desarme, que ellos mismos apoyaron? Israel no tiene nada que perder con esta iniciativa, porque incluso si la respuesta es negativa, la posición de Israel solo mejorará.
Se podría argumentar que una iniciativa de este tipo es solo un “truco”. Que lo digan. La diplomacia pública incluye este tipo de medidas. Aquí está el cuerpo de Sinwar ante nosotros. Este es un logro importante. Pero lo más importante es traducirlo en un éxito estratégico. La eliminación de Sinwar es una oportunidad. Debería ser aprovechada.
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