Por Egon Friedler
Indudablemente si ambos vivieran, se habrían horrorizado ante la idea de que el Frente Amplio podría apoyar sin la menor crítica a una organización terrorista islamista, causante de tres guerras en solo una década, con una plataforma ideológica en la que el punto central es la destrucción del Estado de Israel.
En la década del setenta del siglo pasado, entre otras tareas periodísticas, fui corresponsal del diario israelí “Davar” para América Latina. “Davar” era un diario dependiente de la Histadrut, la Confederación General de Trabajadores de Israel, de tendencia claramente social-demócrata.
En su representación, tuve el honor de entrevistar a dos destacadas personalidades del Frente Amplio, el general Líber Seregni y el Prof. Enrique Rodriguez Fabregat. Ambos eran francos admiradores de Israel y no tenían la menor duda de que el país representaba un factor de progreso y de democracia en una región regida por dictaduras.
Indudablemente si ambos vivieran, se habrían horrorizado ante la idea de que el Frente Amplio podría apoyar sin la menor crítica a una organización terrorista islamista, causante de tres guerras en solo una década, con una plataforma ideológica en la que el punto central es la destrucción del Estado de Israel.
Sin duda, la historia nos ha dado muchas sorpresas. Pero ni aún en nuestras peores pesadillas hubiéramos podido imaginar que una fuerza política que pretende ser de izquierda, podría apoyar a una organización terrorista que propugna un nuevo Holocausto del pueblo judío.
Fuente: http://www.cciu.org.uy/