Aish Latino- por Yvette Alt-Miller
En el espantoso terremoto de 6,8 de magnitud que sacudió a Marruecos la noche del viernes murieron miles de personas, muchos más resultaron heridos o están desaparecidos. El antiguo barrio judío de Marrakech se vio gravemente dañado en el terremoto del viernes.
Muchos equipos de rescate internacionales han llegado a Marruecos para ayudar. Los expertos israelíes, altamente capacitados para brindar socorro en casos de desastre, están en estado de alerta, esperando que Marruecos les de permiso para ingresar al país a ayudarlos.
El epicentro del terremoto fue en la región montañosa del Alto Atlas, a unos 72 kilómetros al sudoeste de Marrakech (también conocido como Marrakesh), la cuarta ciudad más grande de Marruecos. Gran parte de Marrakech resultó dañada, incluida la histórica “Mellah”, el barrio judío de la ciudad. “Es como si hubiera estallado una bomba”, explicó Hafida Sahraouia, una residente del barrio, cuya casa quedó completamente destruida. “Estábamos preparando la cena cuando escuchamos algo similar a explosiones. Presa del pánico, salí rápidamente con nuestros hijos. Lamentablemente nuestra casa se derrumbó. Perdimos todo”.
Ahora es imposible transitar por gran parte de la Mellah. Este barrio judío centenario, que en una época albergó a una de las mayores comunidades judías en el mundo árabe, parece haber quedado reducido a escombros.
Mientras los rescatistas trabajan contra el reloj tratando de salvar a los sobrevivientes, la comunidad judía de Marruecos intenta aceptar la increíble pérdida de vidas, así como la destrucción de uno de los barrios judíos más singulares y visitados del mundo. Aquí hay una breve historia de la Mellah judía.
Origen antiguo
Los judíos marroquíes remontan su historia a los refugiados que huyeron hacia el occidente después de que el rey asirio Nebujadnetzar (Nabucodonosor) destruyera el Primer Templo judío en Jerusalem en el año 586 AEC. También abundan las leyendas sobre judíos que visitaban Marruecos desde la Tierra de Israel en tiempos bíblicos para comprar oro y llevarlo a Israel o para luchar contra los filisteos que habían sido expulsados de la Tierra de Israel. La evidencia arqueológica más antigua de la presencia judía en Marruecos son las antiguas lápidas escritas en hebreo en las ruinas de la ciudad romana de Volubilis, en Marruecos.
El cementerio de Miara
Un erudito islámico medieval, Ibn Khaldun (1332-1406) escribió que los judíos llegaron a ser tan numerosos e influyentes en el área que las tribus bereberes se convirtieron de forma masiva al judaísmo. Durante generaciones, la declaración de Khaldun fue tomada como un hecho, y se asumió que muchos judíos marroquíes tenían orígenes en las tribus locales. En los últimos años, los historiadores han desacreditado en gran medida esta afirmación, señalando que es casi seguro que los judíos de Marruecos descienden directamente de visitantes que llegaron desde la Tierra de Israel.
La coexistencia con los musulmanes y los pogromos
El territorio de Marruecos fue en gran medida conquistado en el siglo VII EC por el temido Abu al-Muhajr Dinar al-Ansari. Él y sus tropas presionaron a los líderes bereberes locales para que se convirtieran al islam, junto con sus tribus. Al cabo de una generación, la zona de lo que hoy es Marruecos se volvió casi por completo musulmana. La importante comunidad cristiana del país casi desapareció. Sin embargo, los judíos de Marruecos resistieron las invitaciones a convertirse y mantuvieron sus creencias y su estilo de vida distinto.
En general, los líderes musulmanes toleraron a los judíos, imponiendo sobre ellos el estatus de “dhimmi”. Mientras los judíos pagaran los impuestos especiales de los dhimmi y evitaran dedicarse a profesiones prestigiosas, se les permitía permanecer en las tierras marroquíes. Las condiciones que enfrentaban los judíos de Marruecos fueron cambiando. Hubo momentos en los que les permitieron vivir en las ciudades marroquíes y otros en los que los obligaron a reubicarse. Bajo el liderazgo de Yusuf ibn Tashfin (circa 1061-1106) cualquier judío que era descubierto pasando la noche en Marrakech era asesinado.
Para los judíos marroquíes, los períodos de coexistencia relativamente pacífica se alternaban con una espantosa violencia antijudía cuando estallaban pogromos antijudíos en épocas de tensión política y social. Se cree que en un pogromo en Fez en el año 1033 mataron a 6.000 judíos. En 1232 estalló un gran pogromo en Marrakech. Algunos historiadores creen que en otro pogromo que hubo en Fez en 1465 asesinaron prácticamente a todos los judíos de la ciudad.
En el siglo XV el Sultán tomó medidas para proteger a los judíos de Fez, invitándolos a vivir en una propiedad real llamada la Mellah. En árabe, “mellah” significa sal, y se piensa que la tierra donde les permitieron asentarse a los judíos era un depósito de sal o un lugar donde almacenaban agua salada. Muy pronto otras ciudades de Marruecos también establecieron sus propias “Mellahs”, incluyendo a Marrakech.
Recibir a los judíos de España
Durante las épocas de persecución en España, los judíos españoles huyeron hacia el Norte de África. Tras la expulsión de los judíos de España en 1492, lo que era un leve goteo de inmigración judía a Marruecos se convirtió en un diluvio. Los judíos españoles (y luego portugueses) llegaron a las comunidades judías marroquíes. Marrakech era el destino más popular para estos recién llegados.
La sinagoga Slat al-Azama
Llevó generaciones hasta que los dos grupos se mezclaron. Los judíos que llevaban tiempo viviendo en Marruecos se referían a sí mismos como los toshavim, “residentes”. Muchos hablaban dialectos locales que incorporaban palabras hebreas y el bereber marroquí. Los españoles y portugueses que llegaban eran conocidos como los megorshim, “los que habían sido expulsados”. Ellos hablaban otros dialectos árabes, además del distintivo lenguaje judío: ladino. Las dos comunidades vivieron una al lado de la otra, pero cada una iba a sus propias sinagogas y mantenían diferentes tradiciones. Una de las sinagogas más conocidas y bellas de Marrakech es la sinagoga Slat al-Azama, que fue fundada por los judíos españoles.
El florecimiento de la vida religiosa
Hasta la década de 1920, la Mellah de Marrakech albergó a la mayor comunidad judía de todo Marruecos, manteniendo decenas de sinagogas y escuelas. Marrakech se convirtió en un importante centro de estudio del Talmud y la Cabalá, el misticismo judío. Mientras los judíos que vivían en otras Mellahs en Marruecos sufrían de olas de violencia e intensa pobreza y prejuicios, la comunidad judía de Marrakech estaba mucho mejor. Algunos gobernadores locales alentaron la violencia contra los judíos de Marrakech. Pero durante generaciones, la vida y el estudio judío floreció en el lugar. En el censo de 1947, la Mellah de Marrakech era hogar de más de 50.000 judíos.
La seguridad durante la Segunda Guerra Mundial
Durante la Segunda Guerra Mundial, el régimen francés de Vichy ordenó al sultán Mohammed V de Marruecos que implementara los mismos decretos antijudíos que la Francia de Vichy. El rey se negó y declaró: “No hay judíos en Marruecos. Sólo hay súbditos marroquíes”. Lamentablemente, la tolerancia del sultán no se extendía a todos sus súbditos. Cuando las tropas aliadas desembarcaron en el norte de África en 1942, espontáneamente estallaron pogromos antijudíos en todo el país. Los judíos extranjeros que habían huido a Marruecos en busca de seguridad fueron encarcelados en campos de concentración.
Huir a Israel
Con el establecimiento del estado de Israel en 1948, la violencia volvió a encenderse contra los judíos marroquíes, en particular en las ciudades de Djerada y Oujda. Decenas de personas fueron asesinadas y muchos más resultaron heridos. En los años posteriores la violencia antijudía se difundió a otras ciudades marroquíes. Aunque los judíos de Marrakech en gran medida estuvieron a salvo de las masacres y pogromos de otras ciudades marroquíes, ellos se unieron al éxodo de judíos marroquíes que partieron hacia Israel. Miles de judíos partieron cada año, hasta 1956, cuando Marruecos se independizó y prohibió que los judíos salieran. En vez de sentirse seguros respecto a que su nuevo país independiente los protegería, los judíos de Marruecos incrementaron el ritmo de la emigración, saliendo ilegalmente para llegar a Israel.
Entre 1948 y 1971, más de un cuarto millón de judíos llegaron desde Marruecos al estado judío.
La continuidad de la vida judía en Marrakech
A pesar de la gran cantidad de judíos que se fueron, Marrakech y otras ciudades más pequeñas de Marruecos continuaron contando con pequeñas comunidades judías. En el año 2020 se estimó que vivían en Marruecos unos 2.000 judíos; 250 vivían en Marrakech.
En los últimos años, la Mellah de Marrakech se convirtió en un destino turístico al que llegaban visitantes de todo el mundo, atraídos por sus evocativas callejuelas y plazas, y la impresionante belleza de sus sinagogas. En el año 2017, el rey Mohammed VI se reunió con los judíos de Marrakech y escuchó sus quejas porque las autoridades de la ciudad habían quitado muchos de los nombres judíos históricos de las calles y sitios claves del barrio, reemplazándolos con nombres árabes. El rey ordenó que se restauraran los nombres judíos de las calles.Con la terrible destrucción causada por el terremoto, el futuro de lo que una vez fue una vibrante comunidad judía queda entre signos de interrogación. Por favor, recen por la seguridad de todas las víctimas del terremoto de Marruecos.
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