Uypress- por Ana Jerozolimski
En el momento de escribir estas líneas se habla de la posibilidad de un alto el fuego entre Israel y Hamas ya muy pronto. Está claro, sea cuando sea que se concrete, que ese será el desenlace de la escalada actual. Foto: Canciller israelí muestra a representantes europeos sitios en los que impactaron cohetes lanzados desde Gaza, en la ciudad de Petaj Tikva / Cancillería de Israel
Terminará con un alto el fuego. Desde el comienzo de esta ronda el lunes 10 de mayo hasta este jueves 20 a las 7 de la mañana, eran ya 4150 los cohetes disparados desde Gaza hacia la población civil israelí.
En el mejor de los casos, se logrará un alto el fuego que dure muchos años. No es lo que la población del sur cree, ya qu está bajo los cohetes de Hamas desde hace ya 20 años.
Dependerá de cómo Hamas percibe su fuerza y lo que quizás vea como debilidad israelí en determinados momentos, y de la fuerza y determinación que irradie Israel. A mi modo de ver, si las respuestas a los ataques a la zona adyecente a Gaza van a ser como hasta ahora, ínfimos, Hamas volverá a tirar de la cuerda. No puede ser que durante años, la principal reacción a los disparos hacia las comunidades pegadas a la frontera, o a Sderot, fueron amenazas y declaraciones, no una política de reacción contundente .Si esto continúa, el fracaso de la tregua está asegurado.
Claro que mucho depende de cómo Hamas perciba no sólo la diimensión del daño que Israel le ha infrigido, sino su situación en general y la de la población palestina. Al respecto, el cuadro no es alentador.
El fanatismo y odio de Hamas no se manifiesta solamente en su deseo de destruir a israel-claro que no puede hacerlo- o al menos de dañarle lo más posible. La otra cara de ello- en realidad, otra parte de la misma- es el uso cínico y descarado que hace de su propia población civil, para atacar a la población civil israelí. Coloca cohetes y los dispara desde zonas civiles, cava túneles debajo de mezquitas y escuelas, se escuda detrás de sus civiles. Hace todo para exponerlos, ya que sabe que cada civil muerto complica a Israel en el escenario internacional.
Su irresponsabilidad para con su propia población, se manifiesta en lo aquí expuesto y en el hecho que ha dedicado todos sus recursos a su infraestructura armada, no al bien de la población. Desde el 2014, tras la guerra anterior, Hamas recibió 100 millones de dólares para reconstruir la Franja. Todo fue a los túneles y cohetes. Piensen un poco, presten atención al hecho que tras 10 días, Hamas sigue disparando casi sin cesar. Acumuló un enorme arsenal.
Israel dedicó todos estos años, a raíz de las guerras anteriores, a proteger a su población. Esa es la concepción por la cual existe la Cúpula de Hierro que intercepta y destruye cohetes en vuelo, sin la cual todo sería diferente hoy. Hamas dedicó sus recursos y esfuerzos a armarse, no a su gente.
Años atrás, creo que fue en el 2014, Fathi Hamad, Ministro del Interior de Hamas en Gaza, declaró orgullosamente que «así como nosotros amamos la muerte, ellos aman la vida». Lo que para Israel es un elogio, para Hamas es una debilidad. En ese sentido lo decía.
Es el mismo terrorista que hace unos días salió por la televisión de Al Aksa de Hamas exhortando a los árabes de Jerusalem a comprar cuchillos para matar judíos, y apareció en pantalla mostrando dónde cortar para matar rápido con efectividad.
De la firmeza de Israel en la lucha anti terrorista contra Hamas, depende en gran medida la forma en que otros terroristas amenacen al mundo todo.
Fuente: http://www.cciu.org.uy/