Hay un dicho el cual dice que tiempos duros trae hombres fuertes. Nada podría describir mejor la situación de los judíos estadounidenses a lo largo de la primera mitad del siglo XX. Eran hombres y familias que venían huyendo de la persecución en todas las esquinas del mundo. Llegaron a una tierra que los recibió con las manos abiertas, sin embargo en la cual la pobreza era la norma. Como inmigrantes les fue muy difícil adaptarse a una cultura ajena a la suya y durante décadas pasaron hambre. En estos ambientes fue que se creó el mundo de los superhéroes. Dibujantes y escritores como Joe Shuster, Jack Kirby y Jerry Siegel crecieron en los ambientes más hostiles que puede crecer un adolescente; un mundo sórdido, inseguro y doloroso. Sin embargo, como buenos artistas lograron hacer de su dolor un mensaje de crecimiento para el mundo. Crearon superhéroes encargados de levantarse cuando la situación se ponía difícil, de defender a los indefensos, proteger a los caídos y darle al mundo una razón para vivir y luchar. Ésta es la historia de uno de ellos Stan Lee que creó a los personajes de los Avengers.
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