El Museo Guggenheim Bilbao revisa la creación del célebre artista entre 1911 y 1919, los años decisivos de su carrera: su paso por París y su regreso a Rusia. Este verano europeo convivirán bajo el retorcido titanio de Frank Gehry los bichos de la discordia del artista chino Huang Yong Ping (quedan muy pocos: o se han comido unos a otros o, según la versión oficial, se han retirado algunos por no aclimatarse), el «arte-ganchillo» de Joana Vasconcelos y la colorista obra de Marc Chagall, cuyo trabajo puede verse desde hoy en el Guggenheim Bilbao. Un menú de lo más ecléctico, apto para todos los gustos. Fue Chagall un poeta con alas de pintor. Imposible definirlo mejor que Henry Miller. Su obra, decía Guillaume Apollinaire, su gran valedor en París, era sobrenatural. Un mágico universo poblado de animales humanizados, vacas rojas tocando el violín, cabras verdes, gallos azules, habitaciones amarillas, personas con la cabeza bocabajo, seres que vuelan, novias bicéfalas, rabinos, saltimbanquis…
Fuente: http://www.cciu.org.uy/