Por Esc. José Luis Piczenik, de CCIU
Apenas empezaba el día conocimos la infausta noticia del fallecimiento de Leonardo Lois. Días antes habíamos sabido que su estado de salud era delicado y quienes lo conocimos y supimos de el a lo largo de los años deseábamos y confiábamos en una pronta recuperación que finalmente no se dio. Muy joven aun y con mucho para brindar nos dejó a todos con un dolor difícil de disimular.
Fue durante años profesor de matemáticas y tutor de alumnos en las competencias nacionales e internacionales del área. Ingreso al Instituto Ariel en los primero años del colegio y luego se sumó al plantel de profesores de la Escuela Integral Hebreo Uruguaya cuando ambas instituciones se fusionaron. A través de los años y con el conocimiento de varias generaciones de alumnos se constituyó en un referente académico para quienes lo conocieron.
Más de 40 años de trabajo digno lo transformaron en amigo de miles de jóvenes que recurrían a él en busca de un consejo, una opinión, una explicación o simplemente un argumento motivador que les facilitara la resolución de tantos enigmas que plantea la vida en la maravillosa etapa de la adolescencia.
Si bien en mi caso no tuve el privilegio de contarlo entre mis profesores, fueron decenas de amigos que siempre referían a el como un ser digno de destaque, que ayudaba y colaboraba en la formación del pensamiento de los jóvenes. Siempre afirmaba que las matemáticas debían ser fuente de inspiración y creación de pensamiento para las distintas circunstancias que nos hace atravesar la existencia. Razonar por sobre calcular era el objetivo de sus enseñanzas.
Cuando hoy vemos tantos ejemplos de ex alumnos del Instituto Ariel y de la Escuela Integral Hebreo Uruguaya trascendiendo en áreas científicas, tecnológicas y empresariales a nivel mundial no podemos dejar de adjudicarle a Lois su cuota parte en esos logros. Logros que consiguió a través de su permanente y constante prédica educativa.
Aficionado al futbol, al deporte, a la amistad y a la charla creativa, así siempre lo recordaremos con su sonrisa y amabilidad a flor de piel y su disposición a colaborar con quien lo necesite.
Los seres que dejan su obra en sus semejantes nunca desaparecen, permanecen en el tiempo con su ejemplo y enseñanza, seguramente Leonardo Lois será uno de ellos. A el en estos momentos el agradecimiento por haber sido un gran profesor y mejor ser humano. Hasta siempre querido Leo.
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Fuente: http://www.cciu.org.uy/