Por Lic. Rafael Winter (Rufo), del CCIU
“4 de noviembre de 1995…Día de luto para Israel, para el pueblo judío. Y también para la humanidad, porque la misma perdió uno de sus mejores gladiadores por la paz…” El Lic. Rufo Winter nos deja sus palabras para recordar a Itzjak Rabin (Z’L) en el 26º aniversario de su asesinato.
“Eifo ieshnam od anashim kemó haish hahu”, dice la conocida canción de Arik Einstein.
Se traduce como “¿dónde se encuentran hombres como éste?”
4 de noviembre de 1995…Día de luto para Israel, para el pueblo judío.
Y también para la humanidad, porque la misma perdió uno de sus mejores gladiadores por la paz…
Las circunstancias trágicas que rodearon el magnicidio, muchas veces hacen que en fecha como ésta, en lugar de recordar su vida recordamos especialmente – y a veces solamente- su asesinato.
Pero no debe ser así. En primer lugar hay que recordar la VIDA de Rabin. Y su obra.
Nacido en 1922 en Israel, Rabin fue el primer Primer Ministro genuinamente sabra.
De joven, fue un gran soldado.
En la época de la Guerra de la Independencia, integró el legendario “Palmaj”, llevó adelante acciones importantes y luego fue avanzando en su carrera militar hasta llegar a ser Comandante en Jefe en la época de la Guerra de los Seis Días, cuando se preveía una hecatombe.
Poco después fue designado Embajador de Israel en Washington, cargo que desempeñó brillantemente.
En 1974 fue elegido por primera vez Primer Ministro por el partido Avodá.
Fue luego de la crisis provocada por la Guerra de Yom Kipur.
Bajo su primer mandato tienen lugar los acuerdos de separación de fuerzas con Egipto y Siria.
También tiene lugar, en 1976, el memorable y épico “Rescate en Entebbe”.
Una epopeya que quedó y quedará grabada con letras doradas en la mejor historia de Israel.
Años después fue Ministro de Defensa de Itzjak Shamir (Likud) y a partir de 1987 tuvo que lidiar con la primera Intifada palestina.
Fue elegido por segunda vez como Primer Ministro de Israel (año 1992) y en este último mandato apuesta decididamente por la paz, su objetivo principal.
Logra -junto a Shimon Peres y mal que bien también Arafat- los trabajosos Acuerdos de Oslo que conducen al acuerdo con los palestinos, firmado en la Casa Blanca en 1993.
Logra conjuntamente con el Rey Hussein el Acuerdo de Paz con Jordania en 1994.
Por sus esfuerzos en pro de la paz es que recibe el premio Nobel en 1994 junto a los dos anteriores mencionados.15 años antes lo habían recibido Menajem Beguin y Anwar el Sadat.
El Acuerdo de Paz con los palestinos no era de fácil implementación, pero de todas formas se estaba, aunque dificultosamente, llevando a cabo. En 1995 se firma el acuerdo que se llamó “Oslo II”.
La amplia mayoría de la población de Israel -ya sea en de acuerdo al criterio de paz por tierras, o de paz por paz- quería la paz, pero había algunos elementos extremistas que, en lugar de manifestar su oposición por la vía democrática, hicieron lo único que no se debía hacer. El asesinato.
La noche del 4 de noviembre de 1995, a la salida del shabat, tiene lugar un multitudinario acto en Tel Aviv en favor de la paz, una forma también de ratificar la confianza a Rabin.
Por lo general parco, serio, esta vez se lo veía contento, cantando incluso él también el “Shir lashalom”, la canción por la paz. A la finalización del acto, cuando Rabin regresa a su vehículo, el asesino llamado Igal Amir elude los dispositivos de seguridad, insólitamente se le acerca a pocos metros, dispara y asesina a Rabin.
Congoja nacional. Duelo casi mundial.
El “Shalom javer” del presidente norteamericano Clinton al enterarse, casi con lágrimas en los ojos.
El emotivo discurso del Rey Hussein en el funeral de Rabin.
El emotivo mensaje de su nieta.
La presencia de muchos líderes mundiales que le rinden los últimos honores.
Cuando hubo que defender a Israel como soldado y en cargos importantes, Rabin lo hizo y de gran forma. Cuando hubo que luchar por la paz, Rabin también lo hizo y…dio la vida por ello.
Quien lo asesinó, asesinó también un proceso de paz -ese era el objetivo del asesino- proceso que bien o mal, se encaminaba y generaba esperanzas.
Por sobre todo, Rabin dejó un legado que ese sí, no morirá jamás.
Ese legado no podrá ser asesinado.
No podrá.
Parecería que es el trágico destino de grandes hombres que luchan por hermosos ideales:
Gandhi, Luther King, Sadat y por supuesto Rabin, entre otros.
Iehi zijró baruj.
Permanecerá por siempre en la memoria como uno de los grandes de Israel.
La entrada ITZJAK RABIN: a 26 años del magnicidio se publicó primero en CCIU.
Fuente: http://www.cciu.org.uy/