Clarín, Argentina- por María Laura Avignolo
Lo dice en un diálogo con Clarín este ex ministro de Seguridad y miembro del Partido Laborista. Político, diplomático, historiador y ex embajador en España, es un judío magrebí, nacido en 1942 en Tanger, que emigró a Israel en 1955. El ex canciller de Israel Shlomo Ben Ami no cree posible ya la convivencia entre dos Estados: el israelí y el palestino.
La teoría de los dos estados “ha muerto ahora” y él es uno de los últimos en reconocerlo. No cree tampoco que sea la que va a apoyar Estados Unidos, tras última ofensiva en Gaza: van a mejorar las condiciones socio económicas de los palestinos. Está convencido que el interes de los dirigentes palestinos no es la creación institucional de un estado, con las divisiones entre Mahmoud Abbas y Hamas. La nueva generación palestina israelí quiere un solo estado pero el lo considera inviable. El primer ministro Benjamin Netanyahu fue quien “alimentó y cultivó” a Hamas y convenció a Donald Trump de “destruir el acuerdo nuclear con Iran”, que “era razonable”. Iran “tenía entonces 3 kilos de uranio enriquecido. Ahora tiene 300”. La sociedad israelí “se ha derechizado”.
Estas son las definiciones de uno de los más respetados intelectuales y políticos israelíes. Shlomo Ben Ami es un ex canciller laborista israelí, ex ministro de seguridad y miembro del Partido Laborista. Político, diplomático, historiador, ex embajador en España, es el actual vicepresidente del Centro Internacional por la Paz, con sede en Madrid. Este judío magrebí, nacido en 1942 en Tanger, emigró a Israel en 1955 y es graduado de la Universidad de Oxford.
Después del alto al fuego en Gaza, este es su análisis de la posguerra y el futuro en la convivencia de israelíes y palestinos, en una conversación telefónica con Clarín, desde Israel.
A su criterio, ¿Qué ganó Israel con esta ofensiva sobre Gaza? ¿Puede realmente hacer retroceder a Hamas o es una derrota para el primer ministro Netanyahu?
Hay aquí dos vertientes: una, la del nivel militar y el otro, el nivel político. En el nivel militar, una operación de este tipo tiene que ser juzgada por los objetivos y el objetivo no era destruir Hamas. El objetivo era disuadirle, para ganar algunos años más de tranquilidad y de calma, y no para llegar a ningún tipo de proceso de paz.
Ahora, ¿cuáles son las consecuencias? Las consecuencias son esencialmente políticas: porque Hamas pueden decir, por ejemplo, que ganó políticamente. De repente, se convirtió de una “organización paria” en el protector de le mezquita de Al Aqsa, de Jerusalén, en nombre del Islam entero. Puede también decirse que ganó la batalla a la Autoridad Palestina de Mahmoud Abbas. Marginó el liderazgo moribundo de Abbas y se presentó como el único que es capaz de desafiar la ocupación, el único que es el protector de Jerusalén y el único que realmente puede representar a los palestinos.
¿Por qué Hamas inició esta contienda?
No olvidemos que Hamas inició esta contienda después de que Abbas cancelara las elecciones legislativas. Hamas tenía todas las posibilidades de ganar aquellas elecciones y convertirse en el líder también de Cisjordania. Aquí, en Israel, era como un elemento marginal este conflicto entre Abbas y Hamas. En fin, ellos conectaron todos estos puntos relacionados al conflicto y de alguna manera consiguieron posicionarse. Protector de Jerusalén, representante de los palestinos, los líderes de una causa cuando a Abbas se le define como “un colaboracionista” con la ocupación israelí. Esa es la diferencia entre los objetivos militares, que en mi opinión se han conseguido, por triste que sea este tipo de guerra. Porque me imagino que Israel ha ganado un par de años o tres años de tranquilidad. No ha ganado ninguna paz, no ha ganado nada. Pero ese es el objetivo que tenía. No tenía otro objetivo.
¿Se puede resucitar la teoría de los dos estados, como está proponiendo el presidente de Estados Unidos Joe Biden? Y de acuerdo a lo que usted piensa, ¿Cómo se va realmente a estabilizar la situación en el largo plazo, con seguridad y paz para todos?
Yo soy de los últimos convencidos, porque dediqué gran parte de mi vida política y de mi vida intelectual o de historiador, en relación a la cuestión de los dos Estados. Ya soy casi de los últimos que se ha divorciado de esta idea. Yo creo que la solución de los dos Estados ha muerto y no es posible resucitarla, ciertamente no en el futuro visible.
¿Por qué?
La administración Biden, al igual que la comunidad internacional, repite este cliché de los dos estados, sin realmente profundizar demasiado en la cuestión, porque se ha convertido en la religión laica de la comunidad internacional, en todo lo que tienen que ver con Israel y Palestina. Dos estados, eso no es posible. No ha sido posible en el pasado, cuando existían condiciones y no va a ser posible ahora. Y de hecho, la administración Biden no tiene como objetivo enviar un emisario de paz, como hicieron las anteriores administraciones, poner las partes en torno a la mesa, presentar papeles de trabajo sobre una posible resolución del conflicto. No, no, no. No es ese el objetivo de Biden.
¿Cuál es entonces?
La administración Biden lo único que va a hacer es influir en la mejora de la condición económico -social de los palestinos, suponiendo que esa podría ser la base para la solución de los estados. Así que todas las organizaciones que existen en Estados Unidos de pensamiento estratégico, que suelen aconsejar a la administración y que algunos de sus miembros normalmente llegan a ser miembros integrales de la administración -por ejemplo, ahora mismo el enviado de Biden para la cuestión de Irán es un buen amigo, Robert Maly, que estuvo en uno de esos think tanks- lo saben. Todos estos think tanks, todas estas instituciones, ya no hablan de la solución de dos Estados, sino que proponen centrarse en los derechos civiles y económicos de los palestinos.
Ese es el Pontón en este momento. Creo que es razonable, porque sentar a los israelíes y palestinos. Primero ¿quien representa a los palestinos, Abbas? ¿Lo que acepte Abbas, lo va a aceptar Hamas? Lo dudo. Pero incluso, si acaso Abbas representara la totalidad del pueblo palestino e incluso si hubiera un gobierno en Israel que no es el actual, porque los hubo en el pasado, Abbas estaba ahí.
Olmert, en el 2008, propuso un plan de paz en las memorias de Condoleezza Rice. Cuando ella escuchó de Olmert los detalles de su plan de paz, ella escribió -lo puede leer en su autobiografía- “No me creo lo que estoy oyendo. ¿Es plausible que el primer ministro israelí haya propuesto este tipo de cosas?”, y al final lo rechazó Abbas. Así que es una quimera, es una fata morgana. No hay solución de dos Estados y no la habrá en el futuro previsible. Ahora se puede pensar en otros escenarios, ¿no? Un cambio tan radical de actitudes en ambas partes que no lo veo, no lo veo. Realmente es el avance de un nuevo presidente palestino y diga “no, no, no, no, nosotros aceptamos el Estado de Israel como el Estado judío”. Ni eso están dispuestos a reconocer, ni eso.
Pero si no hay solución de los dos Estados, ¿Qué solución puede existir para desradicalizar una nueva generación que no se recuerda los acuerdos de Oslo, que no los conoció, que convivió todos estos años con Hamas? ¿Cuál es la solución?
La mayoría de la juventud palestina, en todos los sondeos, estudios que se han hecho, es favorable a la solución de un Estado. Juntos, israelíes judíos y árabes, en un Estado. Porque ya no creen en la solución de dos estados, porque tienen sentido común y ven que eso no va a ocurrir. Y piensan en un estado común, judeo-árabe.
Ahora, esa solución va a ser una de las peores que uno se puede imaginar. Porque aquí en el Medio Oriente, fíjese el entorno que vivimos. Estamos viviendo en una guerra civil entre musulmanes, shiítas y sunitas. Siria es un baño de sangre inacabable. Yemen se está derritiendo. Libia está en guerra civil. Ya veremos la legitimidad de Arabia Saudita, con el régimen de Mohamed Bin Salman. Líbano, el único país inter étnico que existía aquí, se desmorona. ¿Ustedes de verdad creen que se puede hacer aquí un estado binacional? No fue posible en Chipre. Y los belgas todavía no han decidido qué es lo que son.
¿Qué impide la construcción de un Estado?
La construcción de instituciones de un Estado no es el motivo que puso a esta nación hacia su resistencia. No, nunca han pensado en términos de la creación de un Estado. Imagínese cómo está gobernada Gaza. Imagínese cómo está gobernada Cisjordania. No se crea usted que Abbas está gobernando con medios democráticos. Lleva 15 años o por ahí sin elecciones. Esa fue la razón de la protesta de Hamas. Porque sabe muy bien, no sólo en Palestina, sino en todo el mundo árabe. Todos los líderes actuales saben que elecciones libres son una receta para la victoria de los islamistas. En Egipto, la única vez que ha habido elecciones libres, ¿quién ganó?: los islamistas, los Hermanos Musulmanes. ¿Cómo se deshicieron de ellos? Con un golpe de Estado. Esa es la situación. Más allá de los slogans, esa es la situación en la que esas personas viven. Pensar que se puede crear aquí un Estado judío árabe, la verdad, si no fuera tan trágico, es lúdico.
¿Sabe usted cuál fue una de las razones para que nos enteremos de la magnitud de este tipo de guerras? 160 aviones de combate israelíes participaron una noche en el bombardeo de cien kilómetros de túneles, que ha construido Hamas para sus cosas militares y demás. Así que es inimaginable.
Pero eso es responsabilidad de Netanyahu, que ha cultivado a Hamas como el pretexto último activo o el pretexto absoluto, para no negociar un acuerdo de paz. Porque así podría decir: “¡que demonios! ¿cómo vamos a negociar con los palestinos? Miren qué es lo que ocurre”. La población israelí ha girado radicalmente a la derecha, con o sin Netanyahu. ¿Y por qué ha girado? Por estos tres hitos que les he mencionado. Barack, Clinton, les han propuesto una propuesta de paz y la rechazaron. Olmert propuso una propuesta de paz y la rechazaron. En el 2014 negociaron con Netanyahu y lo rechazaron.
Fuente: http://www.cciu.org.uy/