En 1634, una expedición de la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales, liderada por Johan van Walbeeck, desembarcó en una pequeña isla ubicada a 50 km de la costa de Venezuela. Esta flota expulsó a los españoles e indígenas que la habitaban y – desde ese momento, hasta 2010 – pasó a formar parte de los Países Bajos. La paradisíaca isla es Curazao, un territorio autónomo del Reino de los Países Bajos situada en el mar de las Antillas. El primer miembro de la colectividad en arribar a la isla fue Samuel Cohen, el intérprete a bordo de la flota de van Walbeek. Pero la verdadera influencia llegaría recién unos años más tarde, en 1651, cuando Joao D’Ylan trasladó entre 10 y 12 familias desde la congregación portuguesa de Amsterdam, creándose de ese modo la primera comunidad judía de la isla: la congregación Mikve Israel.
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